Internacional de Bogotá marca el inicio de una nueva etapa para el fútbol capitalino. Tras meses de expectativa y especulación en redes sociales, el nuevo club de la ciudad —antes conocido como Club Deportivo La Equidad— confirmó oficialmente su cambio de nombre, dando paso a una identidad que va mucho más allá de lo deportivo. Este proceso, solicitado por los anteriores dueños, se convirtió en una oportunidad estratégica para construir una marca profundamente bogotana, moderna y conectada con su gente.
Internacional de Bogotá no nace como un simple rebranding. Nace como una declaración de principios. El club pone a la comunidad en el centro de su proyecto, se impulsa desde la cultura urbana y se respalda en la identidad diversa de una ciudad que reúne acentos, historias y sueños de todo el país. Bogotá no solo está en el nombre: es la raíz, el relato y la inspiración de un equipo que busca representar a todos.
La esencia del club se resume en una idea clara: usar el fútbol como plataforma de identidad, propósito y transformación social. “Internacional representa lo diverso, lo inclusivo y lo que conecta: personas, culturas y sueños. Es la expresión de un club sin fronteras, que abre caminos y refleja la energía multicultural de Bogotá”. Bajo esta visión, el proyecto entiende el deporte como un vehículo de impacto social y cultural.
En lo deportivo, la ambición es sólida y clara. Internacional de Bogotá apuesta por competir al más alto nivel con sus equipos masculinos y femeninos, y por llevar el nombre de la ciudad a escenarios continentales relevantes. El objetivo es construir un club competitivo, sostenible y con proyección internacional, alineado con las exigencias del fútbol moderno.
Un ecosistema de marcas para activar, no solo para pautar
A pesar de ser un club en una nueva etapa de construcción, Internacional de Bogotá ya cuenta con un portafolio sólido de sponsors que entienden el patrocinio como una plataforma de marketing deportivo activa y no como una simple presencia de logo. Marcas como Ta Da, Powerade, Flash Lite, BetPlay, Colanta, Sony, Agrifol, Americana de Colchones, Pintulor y Fever encuentran en el club un laboratorio ideal para desarrollar estrategias de conexión real con las audiencias.











Al ser un proyecto joven, las marcas tienen la posibilidad de co-crear junto al club. Por ejemplo, los Hydration Partners pueden integrar su producto en rutinas de entrenamiento, contenidos de rendimiento y educación deportiva; el Nutrition Partner puede construir narrativas alrededor del bienestar y la alimentación consciente; mientras que marcas como Sony o Fever pueden activar experiencias digitales, contenidos creativos y eventos que conecten fútbol, cultura y entretenimiento.
Este ecosistema permite estrategias de marketing deportivo basadas en experiencias, storytelling y participación comunitaria. Los sponsors no solo acompañan al equipo en la cancha, sino que se integran a iniciativas sociales, activaciones urbanas, eventos culturales y contenidos digitales que amplifican su mensaje de forma orgánica. Para marcas como Agrifol o Pintulor, el club se convierte en un aliado para comunicar innovación, sostenibilidad y ciudad; para Americana de Colchones, en una plataforma para hablar de recuperación, descanso y rendimiento; y para BetPlay, en un entorno regulado y emocionalmente relevante para el aficionado.
La gran ventaja para estas marcas es crecer junto al club. Al apostar desde el inicio, se posicionan como aliados fundacionales, logrando una asociación más profunda, mayor recordación y una conexión emocional difícil de alcanzar en clubes con estructuras tradicionales y saturadas de patrocinadores.
Alineado con las grandes capitales del mundo
Internacional de Bogotá se suma a una tendencia global del fútbol: clubes que adoptan el nombre de su ciudad como símbolo de orgullo y pertenencia. Tal como ocurre en Milán, Madrid, Manchester o París, donde distintos equipos representan a la misma ciudad desde historias y comunidades diversas.
Identidad visual con significado
Los colores blanco, negro y dorado representan unión, resiliencia y grandeza, inspirados en la historia y el imaginario de la ciudad. El escudo incorpora los Cerros Orientales y el cóndor andino, símbolos de origen, libertad y memoria colectiva. Estos elementos se traducen en compromisos reales: programas de conservación ambiental y protección de especies emblemáticas.


Un liderazgo con visión global
El proyecto está encabezado por Al Tylis y Sam Porter, directivos de Apollo Sports Capital, con experiencia en la transformación de organizaciones deportivas a nivel global. A ellos se suman inversionistas y embajadores como Ryan Reynolds, Rob McElhenney, Eva Longoria, Kate Upton, Justin Verlander, Scott Galloway y Óscar Dos Santos.
Internacional de Bogotá se consolida así como un club moderno, comunitario y global: un proyecto que entiende el marketing deportivo como una herramienta de construcción cultural y que se proyecta como un nuevo símbolo de orgullo para la capital.
Umbro y la estrategia “Creyentes”: fidelizar desde la identidad
La elección de Umbro como marca deportiva oficial no es casual dentro del proyecto de Internacional de Bogotá. Umbro es una marca con fuerte herencia futbolera, asociada históricamente a clubes con identidad, tradición y sentido de pertenencia. Para un club en etapa de construcción de marca, este respaldo aporta credibilidad, legitimidad y un puente emocional con el hincha que valora el fútbol auténtico.
Pero el verdadero diferencial está en cómo el club convierte el uniforme en una herramienta de fidelización, y no solo en un producto comercial. Bajo la estrategia denominada “Creyentes”, Internacional de Bogotá lanza una propuesta clara para atraer nueva hinchada y, especialmente, para acompañar la transición de quienes durante años fueron hinchas de Equidad Seguros.
Por $220.000, el aficionado puede abonarse a la temporada y recibir la camiseta oficial Umbro sin costo adicional. Desde el marketing deportivo, esta acción cumple varios objetivos estratégicos al mismo tiempo. Primero, reduce la barrera de entrada al abono, al convertirlo en una oferta de valor percibido alto: el hincha no solo compra partidos, compra pertenencia. Segundo, transforma la camiseta en un símbolo de adhesión al proyecto, reforzando la idea de “creer” en el club desde sus cimientos.


La estrategia “Creyentes” no apela únicamente al precio, sino al relato. Nombrar así al programa convierte al abonado en parte de una comunidad fundacional, en alguien que estuvo desde el inicio. En términos de fidelización, esto genera orgullo, sentido de exclusividad y compromiso emocional, elementos clave para consolidar una base de hinchas en un club que redefine su identidad.
Además, la camiseta funciona como un activo de visibilidad urbana. Cada hincha que la porta se convierte en embajador del club en la ciudad, amplificando el reconocimiento de marca en calles, barrios y espacios cotidianos. Para Umbro, esta estrategia también es poderosa: la prenda deja de ser solo merchandising y se convierte en un símbolo de origen y pertenencia compartida.
En un contexto donde muchos clubes priorizan la venta individual de productos, Internacional de Bogotá apuesta por una lógica distinta: primero la comunidad, luego el consumo. La estrategia “Creyentes” demuestra que el marketing deportivo más efectivo no siempre está en vender más, sino en construir vínculos más fuertes.
Con acciones como esta, el club refuerza su promesa de ser un proyecto cercano, comunitario y auténtico, donde el hincha no es un espectador más, sino un creyente activo de una nueva historia que empieza a escribirse en Bogotá.






