TSV Hartberg, un modesto club austriaco que ha convertido su camiseta en un lienzo de oportunidades publicitarias. Y esta temporada 2025-26 lo ha llevado al siguiente nivel.
La nueva equipación del club no pasa desapercibida. Los kits de local y visitante cuentan con nada menos que 17 logotipos visibles en el frente, y en la parte de atrás 5 además de 5 más en la parte delantera de los pantalones cortos y 1 adicional en los calcetines. El resultado: una camiseta que se asemeja más al diseño habitual en deportes como el ciclismo que al tradicional uniforme de un equipo de fútbol.
Este enfoque ha generado opiniones divididas en redes sociales y medios especializados. Algunos lo ven como un claro ejemplo de “smart marketing” por parte del club. Otros lo consideran un exceso visual que erosiona la identidad del equipo. Pero si algo es indiscutible, es que esta estrategia está logrando su objetivo principal: llamar la atención.
Entre los patrocinadores, destaca Profertil, un suplemento para la fertilidad masculina, cuyo logotipo incluye incluso un pequeño icono de esperma. Aunque puede parecer una inclusión curiosa o incluso provocadora, la conexión es directa: Profertil es fabricado por Lenus Pharma, empresa presidida por Brigitte Annerl, quien además ocupa el cargo de presidenta del TSV Hartberg desde 2017. Este cruce entre intereses comerciales y deportivos revela un modelo de negocio en el que la sostenibilidad del club depende en buena parte de alianzas estratégicas impulsadas desde su liderazgo.




La ciudad de Hartberg tiene apenas 6.000 habitantes. Para un club de estas dimensiones, competir en la Bundesliga austriaca ya es una hazaña. Financiar operaciones, atraer jugadores y mantenerse relevante en un mercado saturado exige creatividad. La camiseta, entonces, no es solo un uniforme: es una plataforma publicitaria que ayuda a asegurar la viabilidad del proyecto deportivo.
Desde una perspectiva de marketing deportivo, el TSV Hartberg representa un caso de estudio interesante. ¿Dónde está el límite entre monetizar un activo y sobrecargarlo hasta el punto de diluir su valor simbólico? ¿Puede una camiseta tan saturada seguir generando apego emocional entre hinchas y jugadores? Lo cierto es que, en términos de exposición y generación de ingresos, el modelo funciona para un club que no tiene los recursos de los grandes.
En un mundo donde los ingresos por televisión se reparten de manera desigual, el patrocinio local y personalizado cobra más importancia. Hartberg no está compitiendo con los clubes más ricos en términos de audiencia global, pero sí puede ofrecer valor a marcas regionales que buscan una exposición directa, repetitiva y anclada al sentimiento de comunidad. Y al hacerlo de manera tan evidente, el club genera conversación y, con ella, atención mediática más allá de sus fronteras.



Lo que para algunos puede parecer una camiseta «fea» o saturada, para otros es un lienzo de oportunidades y supervivencia. En ese sentido, Hartberg está jugando su propio partido fuera del campo. Y por ahora, lo está ganando.
Te puede interesar leer: Under Armour y Kelsey Plum refrescaron el WNBA All-Star 2025 con el camión “Plumberry” para lanzar los UA Breakthru 5
La estrategia de saturar la camiseta con logotipos, como lo ha hecho el TSV Hartberg, puede ser creativa y funcional desde un punto de vista financiero inmediato, pero también conlleva varios riesgos que pueden hacerla contraproducente a largo plazo en términos de marketing deportivo.
1. Pérdida de identidad visual del club TSV Hartberg
Una camiseta de fútbol no es solo una prenda: es un símbolo de pertenencia, tradición e identidad para jugadores, hinchas y patrocinadores. Cuando el diseño se ve sobrecargado con más de 20 logotipos, el escudo del club se diluye entre tanto ruido visual. Esto puede dificultar la conexión emocional con la marca del club, especialmente para nuevos seguidores o audiencias globales.
2. Desvalorización del patrocinio individual
Cuando todo el espacio está vendido y hay una “sopa de logotipos”, cada marca individual pierde visibilidad y exclusividad. En marketing deportivo, los patrocinadores suelen pagar más por espacios destacados y limpios. Una camiseta saturada reduce el valor percibido de cada logo, y puede ahuyentar a marcas que buscan asociaciones premium o de alto impacto.
3. Riesgo para la estética de marca
La coherencia visual es clave para construir una marca sólida. Una camiseta tan llena puede parecer caótica o poco profesional desde el punto de vista del diseño gráfico. Esto impacta no solo en la venta de camisetas como producto (merchandising), sino también en la percepción del club como una marca moderna y aspiracional.
4. Limitaciones para campañas futuras
Una estrategia tan intensiva en patrocinadores deja poco margen para nuevas oportunidades creativas. Si una marca más grande o de alcance internacional quisiera asociarse con el club, podría dudar en hacerlo si no encuentra un espacio visual claro y diferenciado. Se pierde flexibilidad para alianzas estratégicas de alto valor.
5. Choque con el mercado global
En el fútbol moderno, los clubes buscan crecer más allá de su localidad. Para conquistar audiencias extranjeras, las marcas deben cuidar su imagen global. Un uniforme tan sobrecargado puede generar rechazo en mercados donde se valoran el diseño limpio, la elegancia y la conexión emocional por encima de la monetización directa.
6. Riesgo reputacional
Casos como el de Profertil —con un logo que incluye un espermatozoide en una camiseta de fútbol— pueden verse como atrevidos o incluso inapropiados, generando controversia que, si no se maneja bien, podría afectar la imagen del club. Aunque la polémica puede generar visibilidad a corto plazo, también puede erosionar la confianza de potenciales patrocinadores o socios.
El TSV Hartberg ha encontrado una fórmula para atraer recursos, pero debe tener cuidado de no hipotecar su marca a cambio de ingresos inmediatos. En marketing deportivo, el equilibrio entre monetización, estética, emocionalidad e identidad es crucial. Convertir una camiseta en una cartelera ambulante puede ser efectivo en el corto plazo, pero peligroso si compromete el valor de marca y la conexión con los hinchas en el largo plazo.