It’s either AI or Red Bull: cuando la locura con Gatorade sigue siendo humana en el 2025

Red Bull

It’s either AI or Red Bull. Esa frase, tan simple como poderosa, da origen a una de las ideas creativas más comentadas del marketing reciente. En un mundo donde cada imagen sorprendente parece obra de un algoritmo, esta campaña conceptual —creada por Syed Ahmed Ul Hassan, director creativo de The Link (Dubái)— propone un recordatorio audaz: la verdadera adrenalina no se programa, se vive.

La premisa es brillante por su sencillez: ¿y si la imagen más salvaje que ves en Internet no hubiera sido generada por inteligencia artificial, sino por un ser humano con el pulso acelerado y una dosis extra de valentía? Esa es la provocación detrás de It’s either AI or Red Bull, una idea que, aunque no fue encargada oficialmente por la marca, ha capturado el espíritu de Red Bull con una precisión que pocos creativos podrían igualar.

En tiempos donde el asombro digital es pan de cada día, la línea “Si es más loco que la realidad, es IA… o Red Bull” se convierte en una declaración de principios. La marca que desde siempre ha empujado los límites del cuerpo y la mente —ya sea haciendo volar a un avión por un túnel o llevando a un hombre al borde del espacio para saltar de vuelta a la Tierra— vuelve a recordarnos que la locura auténtica es humana. Ninguna red neuronal puede replicar el temblor del miedo antes de saltar, ni la descarga de adrenalina que impulsa a alguien a desafiar la gravedad.

Esta propuesta no es solo una campaña ficticia; es una reflexión sobre el lugar del ser humano en la era de la automatización creativa. En 2025, cuando los feeds de redes sociales están saturados de imágenes perfectas, sin errores, sin riesgo y sin alma, It’s either AI or Red Bull rescata la imperfección como un acto de rebeldía. Celebra la intuición, el error, el vértigo, lo que hace que la creatividad siga siendo impredecible y profundamente humana.

Syed Ahmed Ul Hassan lo explicó con claridad en LinkedIn:

“Vivimos en una época en la que todo lo imposible se atribuye a la IA. Pero Red Bull ya desafiaba la realidad mucho antes de los algoritmos. Quería recordar a la gente que la verdadera locura, aquella que las máquinas no pueden simular, sigue siendo humana.”

La potencia de esta frase va más allá de lo publicitario. Red Bull, a lo largo de los años, ha construido un territorio de marca basado en el riesgo, la pasión y la energía vital. Su narrativa nunca ha dependido de lo artificial: ha sido, desde el principio, un tributo a la voluntad humana de ir más allá. It’s either AI or Red Bull retoma ese ADN y lo reinterpreta en el contexto contemporáneo, donde la frontera entre lo real y lo generado se difumina cada vez más.

Desde una perspectiva de marketing, la genialidad de esta idea radica en su relevancia cultural. No necesita un presupuesto millonario ni un gran despliegue mediático; se sostiene por su capacidad de conectar con una conversación global: la tensión entre lo humano y lo artificial. En un panorama saturado de campañas que buscan parecer “innovadoras” a través de la tecnología, esta propuesta destaca por recordarnos algo esencial: la emoción no se genera, se siente.

En definitiva, It’s either AI or Red Bull no solo es una frase pegajosa, sino una filosofía que resume el espíritu de una marca que ha hecho de la adrenalina su identidad. Mientras la inteligencia artificial sigue perfeccionando su capacidad de imitar, Red Bull nos invita a seguir creando desde el riesgo, el impulso y la pasión. Porque si algo nos hace humanos —y verdaderamente creativos— es precisamente eso: la capacidad de volar sin garantías.

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Desde la perspectiva del marketing deportivo—, porque “It’s either AI or Red Bull” no es solo una campaña creativa; es un ejemplo de cómo una marca con ADN deportivo mantiene su posición cultural sin necesidad de mostrar un solo atleta.

1. Reafirma el ADN de Red Bull como marca de rendimiento extremo

En el corazón del marketing deportivo está la superación humana. Red Bull no vende solo una bebida energética: vende energía, coraje y desafío.
Esta campaña conecta directamente con ese espíritu. Al contraponer la inteligencia artificial con la acción humana, Red Bull se reafirma como la marca del esfuerzo físico y mental real, de quienes se atreven a ir más allá.
En lugar de mostrar deportes, la campaña muestra el espíritu deportivo: la valentía, el riesgo y la pasión que definen tanto a los atletas como a los creadores.

2. Capitaliza una conversación cultural global

El debate sobre la inteligencia artificial atraviesa todas las industrias, incluido el deporte. Desde el análisis de rendimiento hasta el contenido digital, la IA está transformando la forma en que se entrena, se comunica y se compite.
“It’s either AI or Red Bull” se inserta hábilmente en esa conversación para recordarnos que la esencia del deporte sigue siendo humana.
En un mundo que celebra la perfección digital, Red Bull elige celebrar la imperfección heroica del ser humano en acción. Eso la vuelve relevante, contemporánea y emocionalmente poderosa.

3. Refuerza la conexión emocional con su comunidad

Red Bull tiene una de las comunidades más leales y apasionadas del marketing deportivo: atletas, creativos, fanáticos del riesgo, gamers, soñadores.
Esta campaña, sin necesidad de mostrar un evento o producto, habla directamente al corazón de esa comunidad.
Les recuerda por qué aman la marca: porque simboliza la locura valiente de quienes no se rinden, los que hacen lo que otros solo imaginan.
En un contexto saturado de mensajes de IA, esta idea genera orgullo humano y pertenencia emocional.

4. Representa una evolución natural del storytelling deportivo

Durante años, Red Bull ha contado historias de hazañas físicas —saltos, carreras, acrobacias—. Pero esta campaña da un paso más: lleva esa narrativa al terreno de las ideas.
El nuevo héroe no solo es el atleta que desafía la gravedad, sino también el creativo, el soñador o el innovador que se atreve a romper los límites.
Eso amplía el alcance del marketing deportivo de Red Bull: del deporte extremo al pensamiento extremo, manteniendo coherencia con su esencia.

5. Genera impacto sin inversión

Otro aspecto brillante desde el punto de vista del marketing deportivo es que esta campaña no fue oficial, y aun así se volvió viral.
Eso demuestra la fuerza simbólica del branding de Red Bull: incluso una idea externa puede ser reconocida como auténtica y coherente con su identidad.
Pocas marcas deportivas tienen una narrativa tan sólida que cualquier pieza inspirada en ellas parezca oficial. Esa es la prueba definitiva de una marca icónica.

6. Transforma el miedo tecnológico en inspiración humana

En un momento donde muchas marcas del deporte temen perder autenticidad ante la IA —por ejemplo, los atletas digitales o los renders hiperrealistas de campañas—, Red Bull logra darle la vuelta: no compite con la IA, la desafía.
Ese enfoque convierte la campaña en una lección de posicionamiento estratégico: en lugar de imitar la tendencia, la marca redefine el tema a su favor, reforzando su territorio de energía, emoción y acción real.

La campaña “It’s either AI or Red Bull” es un éxito en marketing deportivo porque reconecta a la marca con su esencia más pura: la humanidad en su máxima expresión.
No vende un producto, sino una filosofía. No muestra un atleta, pero exalta los valores del deporte.
Y en una era en la que lo artificial domina las pantallas, Red Bull vuelve a recordarle al mundo que la verdadera locura —y la verdadera inspiración deportiva— sigue estando en los humanos que se atreven a volar sin red.